Jesús nazareno, Vengo hoy, ante ti a
pedirte perdón, por todo lo que cometí y te e desobedecido. Te agradezco por
todo lo que has hecho en mi vida. Y por todo lo bueno y malo que me ha
sucedido.
Eres esa luz que me guía en mi
caminar, no te alejes de mi. No permitas que el enemigo me aleje de ti. Fuiste,
eres y serás lo mejor que me ha sucedido en mi vida, al momento de tenerte en
frente de mi derramaste muchas bendiciones.
Hoy solo me queda decirte gracias,
gracias Mi Jesús Nazareno por lo que me das, por que me permites seguir sirviéndote
en la iglesia, aunque haiga piedras de tropiezo, tu estas ahí para levantarme.
Jesús, mi Jesús nazareno te imploro
que me permitas seguirte siempre, que me permitas cargar tu imagen consagrada y
que con tu ayuda siga adelante. Gracias por permitirme terminar la procesión del
viernes santo y que concluimos diciéndote “gracias a ti lo logramos y somos una
verdadera Hermandad”.